Sabemos que los cascos de nieve son la mejor protección que tenemos al alcance de nuestra mano a la hora de realizar esquí o snowboard en cualquiera de sus modalidades, pero ¿Cómo elegir tu casco de esquí o snowboard?
Como en cualquier deporte, se practique de forma profesional o puntual, corremos el riesgo de tener lesiones. No hay que olvidar que el esquí y el snowboard entran dentro de la categoría de Deportes de Riesgo, por muy cautelosos y seguros que vayamos en las pistas, una caída puede tener graves consecuencias. Por ello, todos los medios y avances tecnológicos que tengamos a nuestro alcance, para evitar lesiones y daños al sufrir una caída, deben ser tenidos en cuenta.
A nivel profesional, desde la Real Federación Española de Deportes de Invierno, donde se regulan todas las competiciones, está regulado y establecido como obligatorio en todas las competiciones profesionales ya desde hace muchos años.
Normativa y regulaciones
En estas competiciones oficiales, los cascos deben estar homologados por la Federación Internacional de Esquí (FIS) cumpliendo con la norma RH2013, con una calidad superior y una serie de características comunes, por ejemplo no puede tener ningún tipo de agujero ni parte saliente como viseras.
Para los que realizamos esquí o snowboard como un deporte o pasión fuera de nuestra profesión, la oferta de cascos es mucho más amplia y menos restrictiva. Realmente la mayoría de los cascos cumplen únicamente 2 tipos de normativas: UN-1077 (europea), ASTM 2040 (americana)
Dentro de la norma Europea UNE-1077 los cascos se clasifican en tipo A y B. Los primeros son cascos mucho más seguros. Menos ventilación y más restricciones a la hora de su diseño.
Materiales y Fabricación
Los cascos que cumplan estos estándares nombrados anteriormente garantizan el mismo nivel de protección básica. A partir de ahí, existen 4 tecnologías diferentes a la hora de fabricar los cascos, y tal y como explica con detalle Salomon, encontramos:
- Cascos ABS: (acrilonitrilo butadieno estireno) consiste en una carcasa externa de plástico ABS duro con una espuma protectora EPS (poliestireno expandido) pegado por dentro. Los cascos de ABS son resistentes a altos impactos, pero pesan un poco. Sin duda, se trata de la tecnología más común a la hora de fabricar cascos sólidos con una buena protección y a un precio asequible.
- Cascos in-mold: Un casco in-mold consiste en una carcasa externa de plástico muy fina que se moldea directamente en la goma espuma interior de EPS. Esto da lugar a un casco de esquí muy ligero y compacto.
- Cascos híbridos: Los cascos híbridos combinan inyección de ABS en la parte superior y tecnología in-mold en la inferior. Esto ofrece un buen equilibrio que se traduce en un peso ligero, resistencia ante impactos y protección para practicar esquí y snowboard.
- Tecnología MIPS: Algunos cascos también vienen equipados con tecnología MIPS que, en el caso de impacto sesgado, ofrece una mejor protección para el cerebro, reduciendo considerablemente la fuerza de rotación. Esta tecnología adicional incrementa el precio del casco y suele encontrarse en modelos de alta gama.
¿Cómo elegir tu casco de esquí o snowboard?
Para elegir tu casco piensa en:
- Tamaño adecuado
Debes sentirte cómodo con el casco, lo vas a llevar puesto muchas horas, vas a practicar un deporte , debe quedar ajustado a tu cabeza, ni apretar, ni quedar holgado. Los sistemas de ajuste no deben estar en sus extremos. Cuando gires la cabeza o saltes, el casco no debe moverse y siempre ha de estar siempre pegado a tu cabeza. En cualquier caso, puedes acudir a cualquier tienda especializada que te ayudarán a elegir el tamaño de casco ideal.
- Normativa y garantía
Ya hemos comentado las normativas básicas que deben tener los cascos. Fíjate siempre en la etiqueta cuando vayas a comprarte un casco. Asegúrate de que cumpla todas las características y normativas mencionadas anteriormente para saber cómo elegir tu casco de esquí o snowboard.
- Diseño y funcionalidad
Elige tu casco en función del uso que le vayas a dar:
- Freeride, esquí fuera de pista: es ligero y permite la ventilación, así que te olvidarás de que lo llevas tanto en la subida como en la bajada.
- Esquí fuera de pista, de travesía o de montaña: cascos ultraligeros y bien ventilados para evitar el sobrecalentamiento en la subida. Algunos de ellos cumplen con el estándar de escalada y montañismo (EN 12492), además del estándar de esquí.
- Freestyle: cascos elegantes reforzados para esquiar en campo abierto.
- Carreras, esquí alpino de competición, snowboard cross: estos cascos están diseñados para ofrecer protección aerodinámica adaptada a cada disciplina.
Ten en cuenta los aspectos diferenciadores de todos los cascos, que son determinantes para que tu te sientas cómodo con el tuyo:
La ventilación de un casco de esquí permite la ventilación (gracias a los orificios que tiene en la parte frontal y trasera) y la salida de calor (gracias a los agujeros en la parte superior). El sistemas de ajuste puede ser por cable BOAⓇ, con Velcro o un sistema sencillo de rueda dentada. En cuanto al forro interior siempre es mejor que el casco ofrezca un forros desmontables y lavables. El visor integrado siempre es un tema de debate en cuanto a los esquiadores. A nosotros personalmente no nos gusta, ya que como comentamos en otro artículo de nuestro Blog, la protección de los ojos es realmente importante, y el sol es diferente dependiendo de la temporada, la hora y la climatología. Sistemas de audio
Hay cascos con auriculares integrados en cada oreja, ideales para los esquiadores y snowboarders amantes de la música. Esta característica es muy valorada por los que esquían en estaciones de esquí y por los freestyle riders, pero debería utilizarse sólo en las subidas.
- Renueva tu casco, no son eternos
Aunque los valores emocionales siempre tienen mucho peso en nuestra decisiones, a veces hay que aprender a desprenderse de ese casco que nos ha acompañado, que te ha podido dar suerte en una competición, que te recuerda una de los mejores momentos o recuerdos que tienes en la nieve…
Después de leer todo esto dirás, ¿tanto tiempo dedicado a pensar cómo elegir tu casco de esquí o snowboard y cuánto me va a durar?
Los cascos no son eternos, los materiales pueden degradarse, pierden su eficacia, y la tecnología preparada para protegerte, deja de hacerlo. Recuerda que el casco tiene esa función, cuando ya no es útil, hay que cambiarlo.
Los expertos recomiendan que esto lo hagas cada máximo 6 años, o antes si cualquiera de los elementos ya no cumplen su función: una visera rota o dañada que dificulta la visión, un sistema de ajuste estropeado, un golpe que ha dañado la estructura del casco, o un forro que ya es incómodo y puede provocar irritación o alergia.
Para aquellos nostálgicos de los cascos de antaño estamos nosotros: SnowU. Decoramos y pintamos a mano, tu nuevo casco, y podemos reconvertirlo en aquel casco azul con el que aprendiste a esquiar, o vinilar una fecha que te traiga buenos recuerdos. Pregúntanos cómo diseñar tu propio casco, porque los cascos de nieve son la protección para que puedas seguir disfrutando y generando nuevos recuerdos.
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